Las organizaciones sociales y territoriales de la ciudad
estrechan sus vínculos y se proyectan hacia un encuentro nacional con otros
colectivos que llevan luchas similares.
Organizaciones sociales de todo el país que militan
territorialmente en barriadas con problemas de acceso a servicios básicos, y de
vivienda en general, se reunirán el próximo fin de semana en lo que será el
primer Encuentro Nacional por la
Tierra y la
Vivienda. El evento no sólo será gimnasia militante en los
territorios, sino que también se procurará la puesta en común de las luchas que
llevarán para compartir representantes de los 18 movimientos participantes. La
sede principal será la
Universidad Nacional de Córdoba, ciudad que alojará también a
vecinos de los barrios.
Organizados los barrios
Los episodios de conflicto territoriales que acaecieron en
Santa Fe durante los últimos años, pero más puntualmente durante los meses que
acabamos de superar, devinieron en combustible para la organización de los
distintos movimientos sociales y su consiguiente lucha mancomunada por los
derechos a tierra y vivienda dignas. Al oeste, al norte y al este, pasando el
Puente Colgante, hay barrios que están queriendo emerger por primera vez y
también hay otros, como Colastiné Sur, que con una historia de 350 años en el
lomo todavía no pueden asegurarse el acceso a los servicios básicos, ni que
hablar de un asfaltado de sus calles. Los terrenos resultan suculentos para los
cuerpos empresariales, que no tienen reparo en el momento de acordar el
desalojo de un grupo de familias que con mucho empeño está levantando y
mejorando su casita. Las camionetas llegan, los nenes se meten adentro, casi
nunca ambos padres están presentes, uno de los dos debe enfrentarse al bolaceo
de tipos con lentes de sol y con zapatos limpios. Esta escena no es vergüenza
exclusiva de nuestra ciudad, también Chaco, también Jujuy, Chubut y hasta
Córdoba han planteado estos escenarios en los que los privados contratan y
facturan sin restricción (porque claro, muchas de las veces, son ellos los
encargados de autoregularse).
La izquierda, por sus derechos
Madreselva, El Cuco y Asamblea en Defensa de lo Público son
los nombres que asoman entre los asistentes; también lo es El Pozillo, que
además se está ocupando de aspectos organizativos y de difusión de la reunión.
Uno de sus integrantes, Rodrigo Bosqui, enumeró para Pausa algunas de las
experiencias que motorizaron la organización de este encuentro: “en situación
de un frustrado Congreso Villero, que iba a celebrarse en Buenos Aires, las
organizaciones que de todos modos habíamos asistido acordamos en que era
necesaria la conformación de un espacio en el que, al menos, se comiencen a
discutir la tierra y la vivienda. La idea es que sean los sectores populares,
los mismos vecinos los que comiencen a ocuparse, acompañados por otros que
están laburando y habitando en los territorios, las organizaciones
independientes de los partidos tradicionales”.
Mate en mano avanzó la charla en el Encuentro de Reivindicación de La Costa y su Gente.
La convocatoria atañe a sectores que históricamente se
encontraron en situación de choque contra el avance de los intermediarios
inmobiliarios y los trabalenguas acerca de las leyes, como los campesinos y los
pueblos originarios. También a otros a los que la violencia les llega de manera
más simbólica que empírica: los que pagan alquileres carísimos y que dudan
hasta de soñar con la casa propia: “poder contar con una vivienda con servicios
de mínima te asegura una estabilidad que sigue siendo un deseo de los barrios desfavorecidos.
Además, nos planteamos otros modelos de ciudad, no como los actuales, que son
excluyentes porque focalizan la atención en ciertas zonas a costa de otras, que
hacen uso del suelo de una manera que no nos convence”, suma Bosqui, que sigue:
“los quieren llevar de aquí para allá, a lugares en los que están aún más
vulnerables que si se quedan conviviendo con el agua. La gente no es extraña,
no viven en situación de precariedad por elección propia, pero ante la
imposibilidad de algo mejor, eligen hacerlo en los lugares en donde se sienten
parte. Hay familias que laburan la tierra y que hicieron su casa de a poco a lo
largo de 30 años de permanencia, eso no debería quebrarse, no queremos permitir
que eso se quiebre”.
Dos objetivos se avizoran en lo inmediato: en primer lugar,
y a pesar de que muchos se declaren anti-burocracia, sostener y reforzar las
luchas mediante las vías legislativas y legales en general (personerías
jurídicas y petitorios de todos los colores son trámites a los que ya están casi
todos acostumbrados) y discutir y elevar la posibilidad de generar otras
nuevas, que sean más contemplativas con las necesidades reales y actuales; en
segundo, también se persigue la fortaleza de una red de movidas sociales con
luchas comunes. Los medios de comunicación populares son herramientas que no
sólo marcan la agenda de un modo cada vez más considerable, sino que también
están ganando en calidad y están un escalón por encima de lo “alternativo”. En
Santa Fe, a la movida gráfica y radial, se están sumando proyectos de
comunicación popular más ambiciosos como el del canal televisivo propio que
están en proyecto en vecindades como la de Chalet.
Contagio costero
La gente que promueve la lucha en barrios como la Vuelta del Paraguayo,
Colastiné Sur, Alto Verde y El Pozo mismo, ha motorizado una puesta en valor de
la identidad costera que se visibiliza a través de las nuevas movidas que van
surgiendo, como asambleas de vecinos autoconvocados. El espacio se está
transformando, los que antes ni siquiera se saludaban ahora marchan costilla a
costilla. Evidencia de esto es lo que fue el primer Encuentro de Reivindicación
de La Costa y
su Gente, llevado a cabo el 2 de agosto en la Vecinal de Colastiné Sur y
en el que se comenzó con el diálogo y la cuestión de unificar las
cotidianeidades incompletas que aún no están siendo reconocidas como comunes
entre los propios vecinos de la zona: “estaba complicado hacer notar que ‘La
costa’ también era más acá que La Guardia. El agua de las últimas crecidas sirvió
por lo menos para que se trasluzca que el Distrito es bastante más amplio y
tiene muchas cosas que resolver”.
Los cercos mediáticos y el vacío de políticas (e incluso
negación, como cuando por LT10, José Corral llegó a decir “no vamos a invertir
en zonas vulnerables”) a los que ya están malacostumbrados fueron dos de los
principales motivos que los llevaron a compartir experiencias de permacultura,
comidas y elaboraciones regionales que complementaron un trabajo en comisiones
para crear conciencia y estrategias de acción. Los ejes fueron: reconstrucción
histórica, memoria, forma de vida;
Modelo de ciudad: ¿para quienes?; Servicios y obras públicas con trato
diferencial. Además, hubo talleres que produjeron piezas audiovisuales que
recuperaron consignas en defensa de los espacios públicos, de trabajos
efectuados por Proyecto Revuelta y hasta la proyección del documental Puerto de
aguas turbias. Historia y perspectivas del Puerto de Santa Fe, en vistas a un
revisionismo cuyo plan es concluir en acción popular.
En Pausa #139, miércoles 13 de agosto de 2014. Pedí tu
ejemplar en estos kioscos.
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