El Fonavi del Centenario durante la inundación. Foto: José Almeida.
A días de iniciada la catástrofe, el por entonces gobernador Carlos Alberto Reutemann deslizó un somero reproche a los ingenieros de la Universidad Nacional del Litoral por estar entre aquellos que “no le avisaron” sobre la magnitud que tendría el fenómeno. Pocas horas después, Mario Barletta salió en conferencia de prensa, como rector, a enumerar una serie de informes que la casa de altos estudios había realizado en torno al comportamiento del río Salado. La polémica se reavivó el pasado 4 de julio, cuando el ahora candidato a diputado nacional prestó declaración testimonial en la causa Inundación. Aunque el proceso tiene como imputados al ex intendente Marcelo Álvarez, el ex ministro de Obras Públicas Edgardo Berli y al ex director provincial de Hidráulica Ricardo Fratti, Barletta responsabilizó por la tragedia a su actual contendiente por una banca en el Congreso, Jorge Obeid, y a Reutemann. “Quiero agregar”, dijo cuando Urdiales estaba a punto de dar por culminada la jornada, “que los ex gobernadores Reutemann y Obeid sabían y eligieron no hacer nada en referencia a la obra de defensa del río Salado”.
—¿Cuál es la incidencia de lo aclarado? —preguntó Georgina Stratta, abogada de los actores civiles.
—La inundación, que el agua entrara en la ciudad, la catástrofe.
—¿Qué sabían los ex gobernadores?—indagó Néstor Oroño, defensor de Berli.
—La situación de la defensa del río Salado, el estado de las defensas, ya lo dije.
Fue el remate de otros argumentos que había esgrimido minutos antes:
= “No me quedó duda de que el ex gobernador Reutemann buscaba algún culpable y no tuvo mejor idea que señalar a la Universidad”.
= “Que me consulten si la Facultad le avisó a un gobernador es como que consulte yo en esta sala si el Paraná está creciendo. Amén de que no es ninguna obligación de la Universidad dar aviso, todo se sabía”.
= “En los planes de contingencia son los órganos ejecutivos la única organización responsable de dar cuenta, de avisar a otros organismos públicos, a la ciudadanía”.
= “El mejor aviso que tenía la provincia son los estudios que se habían realizado, hasta los medios periodísticos venían informando diariamente. Además, el gobernador sobrevoló la zona e hizo declaraciones después de ello diciendo que venía una creciente grande o que íbamos a tener dificultades”.
Finalmente, a la hora de precisar los informes que la UNL había aportado sobre el comportamiento del río Salado, Barletta indicó que eran cinco y entre ellos destacó el “Estudio de delimitación de áreas de riesgo hídrico en Santa Fe”.
Otros ingenieros
El profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL e investigador del Conicet Carlos Alberto Vionnet criticó en su testimonio el cierre del tramo II de la defensa Oeste inaugurado en 1997, al decir que por la terminación que presentaba no contemplaba el aspecto hidráulico, y por lo tanto no cumplía su función. Asimismo, indicó que “si se hubiese terminado el tramo III muy posiblemente no hubiese entrado agua al casco urbano”.
Por otra parte, el juez recibió la contribución de tres peritos, que ya habían aportado al expediente dos informes técnicos sobre las causas y efectos de la inundación. Primero, Jorge Daniel Bacchiega y Jorge Adolfo Maza, especialistas designados por la Justicia en 2004. En el texto que ambos presentaron junto a Juan Carlos Bertoni en 2005, informaron que el cierre provisorio de la defensa debiera haberse efectuado antes del ingreso del agua (y no mientras sucedía). También consignaron que el 27 y 28 de abril de 2003 ya había avisos importantes como para ordenar la evacuación y que “con los registros existentes en poder de las autoridades provinciales y la utilización de modelos matemáticos de fácil y libre disponibilidad, era factible establecer la fecha, velocidad y cantidad de agua que pasaría por la margen oeste de la ciudad”. En su testimonio ante Urdiales, Bacchiega y Maza reiteraron esos conceptos.
De igual forma obró el perito de los actores civiles, Alfredo Trento, quien afirmó que si Reutemann hubiera tomado a tiempo la decisión de volar el puente de la circunvalación, se habrían evitado las muertes luego ocurridas en los barrios humildes del sur de esta capital. También recordó la existencia de un plano del Instituto Nacional de Ciencia y Técnicas Hídricas (INCyTH —actual INA) que en 1992 ya advertía hasta dónde llegaría el agua en caso de una próxima crecida. Y también hizo referencia a los planos que mostró Fratti en Casa de Gobierno el 29 de abril de 2003, en aquella famosa reunión que luego Reutemann y varios de sus funcionarios olvidaron.
El bonete
Las audiencias arrancaron el 10 de junio con Jorge Alfonso Bounous, ex subsecretario de Obras Públicas municipal. Durante la etapa de Instrucción, el ex funcionario de Marcelo Álvarez asistió cuatro veces a Tribunales. Ahora ratificó lo dicho entre 2003 y 2005. Afirmó que a partir del 28 de abril de 2003 la Municipalidad ya no tomaba más decisiones sino que era la Provincia la que había tomado las riendas de la situación, y que era quien estaba trabajando en el cierre provisorio a la altura del Hipódromo. El Estado local, dijo, no tenía capacidad operativa ni la potestad de hacer contrataciones y comprar materiales, como sí tenía su par provincial, que además –agregó– era el responsable de la ejecución y mantenimiento de las defensas.
En el mismo sentido, Rafael Pretto, jefe del distrito Santa Fe de Vialidad Nacional, confirmó ue esa repartición controló los trabajo de construcción de la defensa Oeste pero sólo en materia vial, no hidráulica, y recordó que la ejecución de las tareas estuvo a cargo de la Dirección Provincial de Vialidad (era una Circunvalación). La Nación, dijo, sólo restituyó los fondos una vez concluidas las obras.
Publicado en Pausa #117, miércoles 17 de julio de 2013
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