La comunidad educativa reclama carreras terciarias y cursos de capacitación, una decisión que beneficiaría a cien mil vecinos de 20 barrios del noroeste.
Por Ezequiel Nieva
Cooperadores, docentes y alumnos del noroeste de la ciudad quieren aulas radiales de nivel terciario para facilitar el acceso de los vecinos de la zona a la educación superior. Mientras trabajan en la conformación de una asociación para gestionar el reclamo, avanzan por distintas vías con la campaña “Quiero el terciario en la zona norte”, cuyo objetivo es concientizar a la sociedad y las autoridades sobre la necesidad de concretar en barrio Yapeyú el proyecto del Complejo Educativo Dr. Manuel Menchaca.
La intención es lograr que se dicten talleres de capacitación laboral y carreras de nivel terciario –como Enfermería y Magisterio– con reconocimiento oficial. Parten de un diagnóstico preciso: de los 29 institutos terciarios que funcionan en la ciudad, todos están al sur del bulevar, salvo el Almirante Brown y el San Roque. Esa carencia, tras décadas de crecimiento de la ciudad hacia el norte, afecta en forma directa a vecinos de 20 barrios: Yapeyú, San Agustín I y II, Loyola, Estanislao López, 20 de Junio, Juventud del Norte, Las Lomas, Los Troncos, Acería, Las Flores, Sarmiento, Las Ranitas, La Tablada, Eva Perón, El Abasto, Bobbio, Monseñor Zaspe, Cabaña Leiva y Recreo Sur. Unas cien mil personas, la mayoría en situación de pobreza estructural.
Entre los argumentos del proyecto que la comunidad educativa del Eempa 1298 María Remedios del Valle presentará ante el Ministerio de Educación se lee: “Hay quienes con el estudio secundario finalizado acomodan su situación laboral, pero desean superarse. En esa etapa comienzan los obstáculos. Por un lado, la lejanía con los centros de formación terciaria o de capacitación laboral, en casi todos los casos las condiciones económicas adversas impiden afrontar gastos de traslado hasta el centro de la ciudad. Por otra parte, el contexto de inseguridad de la zona les impide el regreso a sus barrios a altas horas de la noche, lo que constituye otro modo de marginación para quienes desean continuar estudios superiores”.
La fachada de Almirante Brown, uno de los dos establecimientos ubicados al norte de bulevar (si bien el Brown está a apenas dos cuadras).
La falta de establecimientos donde poder cursar carreras terciarias en el noroeste de la ciudad contrasta con la situación de los niveles inicial y medio, cuya demanda en esa zona está cubierta. Por ello, ya en diciembre de 2008 un grupo de egresados del Eempa 1298 habían pedido un aula radial de Enfermería, lo cual fue rechazado por cuestiones formales en agosto de 2010. Los próximos pasos de la comunidad educativa son: ingresar el proyecto en el Ministerio de Educación y continuar el trabajo articulado con el resto de las instituciones de la zona.
Voces del barrio
Una de las impulsoras de la iniciativa, Eliana Dreher –docente del Eempa 1298– comentó que se trata de “una inquietud que viene de hace varios años” y explicó: “Ahora se está armando el proyecto en el que constan qué carreras son las que nuestros alumnos quisieran seguir estudiando y cuál sería el espacio físico donde se podrían llevar a cabo. Por otro lado, lo que se pide son talleres de capacitación laboral, porque muchos de nuestros alumnos trabajan de albañiles, electricistas, plomeros y lo que aprendieron fue por herencia, trabajando. Lo que queremos es brindar una formación en ese sentido, porque el lugar más cercano que tienen es el Industrial”.
Por su parte, Claudio Ayala –vecino de Yapeyú y alumno de esa escuela nocturna– sostuvo: “Tenemos el ejemplo del Eempa. Hay gente grande que termina de trabajar y se va a estudiar. Gente que quiere mejorar su nivel de vida, formarse, terminar una carrera. Y se complica porque no hay lugares ni tiempo para seguir estudiando. Por ejemplo, la carrera de Enfermería es a la mañana; la mayoría se hace en horarios que a nosotros, en la zona norte, se nos complica. Llegar en colectivo hasta el centro son 40 minutos, una hora. La idea nuestra es tener la misma oportunidad que tienen todos de estudiar y seguir una carrera”.
Detalles del proyecto
Lo denominaron Complejo Educativo porque pretenden que ambos espacios, tanto el terciario como el instituto de capacitación laboral, funcionen en la misma manzana en que funciona el Eempa 1298, la escuela primaria 1109 Hipólito Yrigoyen, la escuela de enseñanza media 265 Yapeyú, la escuela de educación manual 199 Madre Teresa de Calcuta, el jardín de infantes 224 y las aulas radiales de la escuela primaria nocturna 2545 José Hernández: todas instituciones que trabajan “con una matrícula de alumnos cuantiosa”, según remarcaron desde la comunidad educativa.
El objetivo es organizar un complejo o centro de capacitación integral para los jóvenes y adultos que desean insertarse en el mundo del trabajo y por ello vienen planteando, año tras año, la necesidad de utilizar el edificio que durante el día ocupa la escuela 265 y que desde de las 17 queda deshabitado. Entre otras ventajas, argumentan que el establecimiento “se encuentra en un punto equidistante entre varios barrios del noroeste de la ciudad y hasta él llegan dos líneas de colectivos (5 y 15), que los interconectan y permiten el acceso de alumnos, docentes y el personal afectado a una escuela”. Los impulsores de la movida destacan que el edificio cuenta con laboratorio, biblioteca, cocina, comedor, aula de informática y todas las instalaciones necesarias.
Un techo más alto
El reclamo se justifica en la necesidad de que “las instituciones escolares secundarias de la zona dejen de ser el techo educativo” de sus egresados, que “no tienen recursos económicos para llegar hasta alguna facultad de la UNL o los terciarios que funcionan muy lejos de sus hogares”. “Estas cuestiones quedarían allanadas si funcionaran en el lugar algunas ofertas educativas que demanda la población de la zona”, agregaron.
“La razón más importante es que se estaría dando respuesta a una demanda silenciosa de todas esas barriadas casi sin erogación por parte del Estado, insistiendo en la importancia de la existencia de la infraestructura escolar. Solamente habría que destinar partidas para sueldos, para cubrir los cargos creados, los que no deben ser tomados como pérdida sino como una inversión futura en sus ciudadanos, para que se profesionalicen y capaciten por el bien propio y de la sociedad”.
El anteproyecto fue entregado a la concejala Cristina Quinteros en un acto público que se realizó en abril en el barrio Yapeyú y, luego, al vicegobernador Jorge Henn. Tras el lanzamiento de la campaña “Quiero el terciario en la zona norte”, mediante la cual buscarán hacer visible el pedido, el grupo de trabajo formado por cooperadores, docentes, alumnos y ex alumnos llevará la iniciativa al Ministerio de Educación de la provincia.
Publicado en Pausa #99
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