Scioli y Perotti fueron los más votados en la provincia de
Santa Fe. Reutemann duplicó a Binner, que quedó cuarto y lejos. Aún así, todos
tuvieron números bajos y en octubre la tendencia puede cambiar. El sistema (Paso)
y la herramienta (boleta sábana) explican los resultados.
Por Ezequiel Nieva
En cualquier competencia las reglas son la clave porque
determinan el comportamiento y las estrategias: lo que se puede hacer y lo que
no, lo que conviene y lo que no. En las elecciones nacionales, desde 1983, se
utiliza la boleta sábana. Y desde 2011 se combina con el sistema Paso
(primarias abiertas, simultáneas y obligatorias). Todos los partidos que
inscribieron alianzas y candidaturas en junio ya sabían, desde mucho antes, que
esas serían las reglas de estas primarias.
Se ha dicho que la boleta única –que se usa en la provincia desde
2011– naturaliza aquello que en las nacionales debe ser una determinación de
cada votante, una real elección: el corte de boleta. También se ha dicho –y en
las Paso de ayer quedó probado– que con la boleta sábana el arrastre es mayor,
casi automático. El mero hecho de utilizar uno u otro sistema condicionan a los
partidos al momento de definir nombres y estrategias; en Santa Fe algunos lo
entendieron y otros no tanto.
En la provincia, en las dos categorías legislativas
–senadores y diputados nacionales– y en las dos listas del Parlasur, el orden
fue el mismo que para presidente: el Frente para la Victoria terminó primero,
el Frente Cambiemos segundo, el tercer lugar fue para el Frente Renovador
mientras que el Frente Progresista, sin boleta presidencial, terminó cuarto. La
suma de votos en blanco y nulos superó el 10% en las categorías legislativas
pero estuvo por debajo del 8% en la presidencial. La participación llegó casi al 67%
de un padrón de 2.680.736 electores.
Sin corte
La elección más atractiva era la de senadores nacionales y
allí se dio la principal sorpresa. Llegaban tres pesos pesado como animadores: el
diputado y reciente candidato a gobernador Omar Perotti, por el Frente para la Victoria , y los ex
gobernadores Carlos Reutemann y Hermes Binner, por el PRO/Cambiemos y el Frente
Progresista. Entre ellos se coló el postulante del Frente Renovador/UNA,
Eduardo Romagnoli, a quien pocos tenían en cuenta hasta el domingo. ¿Por qué?
Por la boleta sábana: Romagnoli iba pegado a las boletas de Sergio Massa y José
Manuel de la Sota ,
tercero y cuarto más votados entre todos los candidatos a presidente.
Frente para la Victoria. Scioli , Zannini y Perotti en una cena de recaudación de fondos, el 16 de julio en Costa Salguero, Buenos Aires. Foto: Juano Tesone / Clarín
Si bien la nota de la jornada fue la pésima elección de
Binner, todos los candidatos al Senado obtuvieron guarismos bajos, algo que
suele ocurrir en una elección primaria aunque ninguno de ellos tenía rival
interno. Perotti sumó 546 mil votos (34%) y Reutemann casi llega a los 440 mil
(27%). Romagnoli superó los 293 mil votos (18%) y Binner quedó cuarto con 209 mil votos (13%).
La de ayer fue una elección nacional bajo el tradicional
sistema de boleta sábana y eso también se registró en la categoría de diputados,
donde se dio el mismo orden. Para remarcar aún más que no hubo corte, la suerte
de los candidatos para el Parlasur estuvo atada también al diseño de la boleta:
la lista nacional se ubicó en cifras similares al candidato presidencial y la
lista unipersonal regional, a las listas legislativas de cada frente.
Perotti va por más
“Terminaron los amistosos, ahora viene el partido por los
puntos”, sintetizó Perotti desde la sede del PJ santafesino, donde siguió los
resultados junto a la segunda candidata a diputada nacional Silvina Frana (el
resto de la lista, con Marcos Cleri a la cabeza, estuvo en el búnker de
Rosario).
Perotti no se quiere quedar con los 546 mil votos de ayer y
por eso reforzará su campaña en los lugares donde obtuvo buenos resultados y
sobre todo en aquellas localidades donde aún no lo conocen tanto ni a él ni a
Scioli: “Tenemos un candidato a presidente que se afianzó, que superó distintos
momentos y supo con temple llegar a esta instancia, sumando a todos los
sectores del justicialismo con una gran apertura. Tiene el perfil de presidente
que queremos para el futuro de la
Argentina ”.
El Lole, segundo y cauto
Reutemann, que llegaba invicto a las Paso, quedó conforme
con el segundo lugar que le garantiza –si en octubre se repiten los números–
seis años más en el Senado de la Nación. El
Lole no salió primero, pero le ganó a Binner un mano a mano que parecía más
parejo y que se reeditará en poco más de dos meses. Por eso estuvo cauto y dijo
que “esta es una elección preliminar” y que “en octubre se van a ver los
garbanzos”.
Reutemann admitió que Scioli hizo “una buena elección” en
Santa Fe y que eso benefició a Perotti. Desde el búnker del PRO en Rosario, el ex
gobernador recordó que “el justicialismo tiene un piso alto” en la provincia y
se mostró muy molesto por las demoras en la carga de los datos oficiales.
Amparado en esa poca información, evitó análisis detallados, aunque trazó su
eje de campaña para octubre: “Salgo siempre segundo, así que estoy tranquilo”.
Conmoción en el Frente Progresista
Binner fue el único candidato que anoche evitó mostrarse en
público. Llegaba a las Paso confiado de escaparle a la polarización que se
preveía entre el Frente para la
Victoria y el Frente Cambiemos. Quería terciar en esa
disputa, pero quedó cuarto y lejos. Anoche, a las 21.30, cuando aún no se habían
empezado a cargar los datos oficiales, en el Frente Progresista decidieron que
ninguno de sus candidatos saldría a hablar. No hay, aún, evaluación de los
resultados.
El Frente Progresista había sellado la unidad en la
provincia en un escenario complejo por la alianza Macri-Sanz y la evaporación
del Frente nacional Unen. Para ello, sus distintas partes acordaron no llevar
fórmula presidencial y que cada uno apoye al candidato que quisiera. Así
ocurrió: los socialistas hicieron campaña por Stolbizer, una parte de los
radicales por Sanz y una parte de la Coalición Cívica
por Carrió. Con la boleta sábana resultó fatal para la alianza que gobierna la
provincia y que viene de imponerse en los comicios locales hace menos de dos
meses.
Binner quedó cuarto en la provincia y también en Rosario. En
2011, el Frente Progresista –con Binner como candidato a presidente– y el
Frente para la Victoria
se habían repartido cinco bancas de diputados nacionales cada uno. Si en las
elecciones de octubre se repitieran los votos de ayer, el kirchnerismo ingresaría
cuatro diputados nacionales, el PRO tres, el Frente Renovador dos y el Frente
Progresista sólo uno (el radical Hugo Marcucci).
¿Y en octubre?
En octubre, cuando se renueve el Congreso y se elija al
nuevo presidente, todos los candidatos van a crecer, como ocurre después de cada
primaria. Se puede estimar que más aún en esta elección, con dos meses y medio
de campaña por delante y todos los cargos en juego. Las distintas fuerzas
reforzarán sus estrategias y, quienes deban, las corregirán para no quedarse
con las manos vacías.
Binner obtuvo 860 mil votos en 2007 como gobernador y 790
mil en 2013, contra Del Sel, como diputado nacional. Ayer sacó 209 mil.
Reutemann casi llega al millón de votos en el lejano 1999 y obtuvo 800 mil en
2009 como senador. Ayer casi suma 440 mil. La curva de Perotti va al
revés. En la interna de 2011 cosechó algo más de 200 mil votos y perdió contra
Rossi. En las Paso de gobernador, este año, sumó 365 mil votos, en las
generales 535 mil y ayer superó esa marca, con posibilidades –como él mismo señaló– de seguir creciendo de aquí a octubre.
Las primarias son una encuesta, la más representativa de
todas y la más confiable. Los resultados no determinan lo que vaya a ocurrir en
las generales: a veces se repite la tendencia, como en las nacionales de 2011;
a veces se invierte, como en las provinciales de 2007, 2011 y 2015. Para el 25
de octubre falta mucho; no está dicha la última palabra.
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