El socialismo debió digerir los números del PRO entre quejas
por las demoras en el escrutinio.
Durante la campaña para las primarias el Frente Progresista
había logrado imponer la idea de que, sumando sus dos listas de gobernador, iba
a imponerse ante el candidato único del PRO. El domingo a la noche, en el
búnker de Miguel Lifschitz –amplio vencedor en su interna– había más motivos de
preocupación que de festejo.
Esa noche, el gobernador Antonio Bonfatti dijo que la
elección fue “muy buena”, pero los números finales (ver página 7) desmienten
esa adjetivación. El oficialismo no consiguió la foto de la victoria y ahora
tiene que redoblar esfuerzos ante un entonado Miguel Del Sel.
Victoria Donda y Margarita Stolbizer llegaron a Santa Fe para acompañar a Lifschitz.
Las demoras en el escrutinio fueron la nota saliente de la
jornada electoral. Desde el centro de cómputos montado en Casa de Gobierno, el
ministro de Justicia Juan Lewis y la secretaria electoral de la provincia,
Claudia Catalín, se pusieron al frente de un operativo muy complejo con 21
frentes inscriptos –entre las alianzas provinciales y las distritales– y un
padrón de 2.573.431 votantes.
Cerradas todas las mesas, antes de que comiencen a
informarse los primeros números, Bonaffti y su ministro de Gobierno Rubén
Galassi llegaron a la Casa
Gris , tranquilos y confiados. Estuvieron algo más de una hora
en el despacho del gobernador; uno de sus colaboradores comentó que miraron la
goleada de River ante Banfield, mientras en el centro de cómputos aumentaba la
ansiedad por conocer los resultados.
El oficialismo montó el búnker de la lista Adelante en el
hotel Intertower (ex Holiday Inn), a una cuadra del comando de la UCR (ver aparte). Allí
hablaron los ganadores de sus internas –Lifschitz por la categoría de
gobernador, Bonfatti por la de diputados y Emilio Jatón por la banca del
departamento La Capital –
mientras que los vencidos –los precandidatos a intendente Pablo Farías y a
concejales Sergio Basile y Mariano Granato– circulaban entre simpatizantes,
periodistas y mozos, sin generar mayor atención.
El primer piso del Intertower estuvo cuidadosamente
preparado para la ocasión. Las pantallas y los banners sustituyeron a las
banderas y los bombos; de no ser por el despliegue mediático, la postal hubiese
podido corresponder a un congreso de médicos o a un evento de negocios. A
diferencia de otros comandos de campaña, más humildes, en el búnker de la lista
Adelante iban y venían las bandejas de bocaditos, empanadas y sándwiches, con
gaseosas y agua mineral.
Más allá de los referentes locales del oficialismo
–socialistas, radicales y representantes de los otros partidos aliados– se
acercaron algunas figuras de la política nacional, como la precandidata
presidencial y líder del partido GEN, Margarita Stolbizer, y la diputada
nacional Victoria Donda. Las dos se sacaron fotos con Lifschitz y le
prometieron acompañarlo en la campaña para las generales.
Los medios nacionales (TN, C5N, la TV Pública ) que
transmitieron desde Santa Fe reflejaron la expectativa que generaron las
primarias en una de las 11 provincias que adelantó su calendario electoral
respecto de la Nación.
Cuando el ministro Galassi informó las mesas testigo, que
confirmaban los triunfos de Lifschitz y Bonfatti en sus respectivas internas,
la celebración fue muy medida. A esa hora Del Sel ya era el candidato más
votado y la tendencia no se revirtió en ningún momento (los resultados finales
del escrutinio provisorio recién estuvieron disponibles a las 5.30 del lunes).
Cuando aparecieron Macri y Del Sel en las pantallas de los
canales nacionales, pasadas las 22, solo quedaron en el lugar los asesores y
algunos funcionarios de las segundas y terceras líneas del gobierno. Los
principales referentes de la lista Adelante se encerraron en un salón contiguo
al que estaba reservado para la prensa y no volvieron a aparecer hasta más
tarde, para anunciar el triunfo de Jatón en su categoría.
Entre tanto, algunos dirigentes radicales aliados al
socialismo seguían por televisión el acto de Macri y Del Sel entre burlas
irónicas y rostros adustos. Macri lanzó un “hermanos radicales”, dirigido a los
seguidores de Jorge Boasso en Rosario. “Me corto las dos manos antes de votarlo
a Macri”, resumió en ese momento un dirigente de la UCR que ya está pensando en
las elecciones nacionales.
Publicada en Pausa #152, miércoles 22 de abril de 2015.
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