jueves, 25 de septiembre de 2014

Última caminata a La Llave


Llovizna, es sábado y la ciudad se cubre de esa rara atmósfera que tienen los policiales negros. Las calles mojadas reflejan las luces y el semáforo se proyecta varios metros, como si fuera sangre. Es necesario que acompañe ese tono con un sobretodo impermeable, caminando bajo la lluvia como si fuera un detective noir, un Bogart sin sombrero en un extendido plano secuencia.
Philip Marlowe no se resfría... No tengo el estilo de Bogart y ninguno de los dos estaría en un recital de Kevin Johansen. Eso es algo que no te enseñan en las películas. Adquiero una entrada fuera de horario, por una puerta lateral. Ingreso, un patova me obliga a sentarme. Tengo cierta rebeldía ante la autoridad, pero no es el momento.
Es raro ver a un artista nac & pop, cerrando la Bienal y más en el escenario de ATE Casa España. Todo es raro últimamente.
El clima del recital es particularmente muy lindo, las personas parecen felices y ante la melodía romántica, se reparten besos diversos. Liniers dibuja y todo suma. Por momentos me parece escuchar a Roberto Galán: “hay que besarse más, hay que besarse más”. Por momentos pienso si la felicidad es real o si están haciendo un esfuerzo.
El recital termina. Bajo por la escalera, un novio enojado discute con su pareja, al final Liniers es la mascota de Kevin. Ella, solo se ríe.
Afuera, la llovizna continua. Encaro, saco un cigarrillo y lo enciendo. En la primera pitada intento imitar a Humphrey, dedo pulgar e indice llevándolo a la boca, inhalo y largo levemente el humo. “Si la cabeza dice una cosa, y tu vida dice otra, la cabeza siempre pierde”. El destino es caminar hacia el fin de La Llave, hoy cierra. Es temprano, el Chino pelea y lo miro en El Japo. Un porrón, Santa Fe. Ingresan tres rubias, desconfío. Quizás porque en el cine negro la femme fatale es generalmente rubia. El chino no acierta los golpes, los presentes sabemos que no es posible su victoria, el round es el número 10 y los números le caen mejor a su rival. No gana, aun queda medio vaso de cerveza. Es momento de retomar el destino, camino y pienso en cosas sin mucho sentido: pienso en el precio de la cerveza, en una frase del Rebo y la forma de medir la inflación. Un policía juega con un chupetín, lo miro, ambos nos sostenemos la mirada... pienso en decirle que se parece a Kojak. Pero es muy pequeño para haber visto esa serie. Sigo mi camino al lugar donde por primera vez conocí al Chuka y a la Kari despidiendo Lobos de Ciudad, lugar donde los Redondos sonaron más que en cualquier otro espacio, donde La Perspectiva se cae y Alto Verde es magnífico, espacio donde ciertos personajes siempre habitan las mismas butacas, donde tremendos besos me terminaron enredando entre baile de murga en una hermosa noche. Llego a la puerta, en otro tiempo me tocó cobrar la entrada, luego de ese horrible trabajo tranquilamente podría haber ingresado en la Afip. Por suerte, luego Marylin me pasó a la barra. ¡Ay que lindo está, ay que lindo está! Están todos o casi todos, la saludo a la Colo, le pido una cerveza a Ivana. En ese mismo patio, hace unos días en una mesa de galanes un Mattungo me dijo: “todos estamos en la misma, somos familia”. Tengo los ojos colorados... Soy un resentido. Vendrán más amigos, más abrazos y cierto descontrol. La Llave es eso, una escena de Robert Rodriguez donde Querelle es Salma Hayek. La sinergia de las drogas posibles hacen su efecto, se me apaga la tele. No signal. Cierra La Llave, fin de ciclo.
El film termina bien sólo en las de Humphrey Bogart.

En Pausa #142, miércoles 24 de septiembre de 2014. Pedí tu ejemplar en estos kioscos.

1 comentario:

No soy un robot, google. dijo...

No es mi intención caer en un reduccionismo papista, pasé muchas noches geniales en la llave y no me pienso poner en careta y decido olvidarlas, desconozco de buenas a primera el motivo que llevó a su cierre y me da un cacho de cosa, pero ¿alguien se pone a pensar que es un lugar que no cumplía una mínima regla de seguridad?. No me vengan a decir que en tal otro lado tampoco lo hacen, "gente que no" no tiene ni inodoros ni canillas en los baños y eso no justifica a "la llave", pero "la llave" era ese lugar donde muchos años después todavía seguían metiendo gente hasta el techo , no tenían una puta puerta de salida de emergencia y el techito todavía tenía mediasombra. O sea, entiendo que puede haber ciertos favoritismos de parte del gobierno municipal hacia ciertos lugares y cierto "desprecio" hacia otros (algo de esto salió cuando cerraron unas noches a gente que no), pero no seamos ciegos tampoco, no era moco de pavo la seguridad en la llave, así como no tiene que serlo en ningún lado. Seamos un poco mas concientes (o mas cagones?) y hagamos que los lugares que no tienen salida de emergencia la tengan, y no em vengan a boludear con los costos porque ninguno de todos estos lugares juntan poca plata durante las noches de los fines de semana.

En fin, sonó a que no quería a la llave pero si lo hacía, de hecho una vez terminé entrando con un fernet comprado en otro lado (#rata) porque me dejaron entrar con la mochila y no me dijeron ni mú, pero así como yo fuí así de rata cualquier otro podría haber entrado con algún arma o con folletos de campaña de del sel, lo cual no es un asunto menor.

R.I.P Llave.

Pd: gracias por haber traído a "hacia 2 veranos"