Cinco tretas, fullerías, argucias, artimañas o consejos. Especial
Navidad.
¿Papá Noel? ¿Santa Claus? ¿San Nicolás o Niño Dios? Muchos
nombres para una sola respuesta. Llamalo como quieras, el gasto en regalos es
el mismo.
Nos quedan 13 días (*) para terminar este fucking y maldito
2013. En menos de dos semanas no llegaremos a cubrir la totalidad de posibles
despedidas, encuentros, agasajos o reuniones con motivo de festejo. Cualquier
pretexto nos viene bien para regar las reuniones de buena y abundante bebida y
algún que otro cordero o majar. Los epicúreos momentos derivan en una
buscapina, sertal, limoncito o algún yuyo orgánico para apagar el incendio a
tiempo, porque se avecina el vitel toné...
Sin duda el epicentro festivo será el 24 y 31. Momentos en
que todo se mezcla, bastante, entre los mandatos del mercado, las ilusiones
infantiles y las nostalgias familiares. Hasta el más ateo termina a los gritos
a las 12 y se emociona con alguna película en la previa.
No sólo tenemos que soportar la publicidad con gordos de
barbas blancas armando un arbolito de Navidad, sino que los directores de
contenidos buscan en un ropero las peores películas que tengan como trama
principal el festejo de la
Navidad. Y , en un abrir y cerrar de ojos, el zapping es un
villancico eterno, donde no faltará Mi pobre angelito y la cara de Jim Carrey,
junto a las viejas megaproducciones de Hollywood con Elizabeth Taylor.
El plazo temporal tiene como punto cúlmine las 12.00 y al
tío facho siempre lo queremos acribillar a cañitas voladoras, en la bañadera,
mucho antes. Puede ser un tío, tía, abuelo, madre, cuñado, incluso una vecina
amiga de la familia: no importa, siempre aparece el carcamán que dispara
munición gruesa.
Las frases las conocen todos, suelen tener alguna nostalgia
de los 90, por lo que vamos mejorando: ya no es tan fácil pedir por los milicos
(al menos en Navidad). Si hubo saqueos cercanos a las fiestas la cosa se pone
peor, así que, mejor, prepárese.
Lo interesante es cuando, luego del quinto brindis, y sin el
menor cuidado, este personaje cuenta que jamás blanquearía a una empleada
doméstica, porque ya le da la ropa que no le sirve más, y está bien, y cuánto
más va a querer. Por eso, desde esta pequeña trinchera de caracteres nos
abocamos a no perder la alegría y a darle algunas tretas para poder transitar
las fiestas en total armonía y recibir el 2014 sin acudir al clonazepan o las
flores.
1.- Mal que nos pese, se nos va otro año con la única
certeza de que el tiempo ordena a la vejez, que destruya la belleza. Interprete
esto como usted quiera y encárese a la prima sin culpa.
2.- Llega ese momento tan incómodo: ¿dónde y con quién?
Póngase en capanga y que vengan todos a su casa, o tenga a bien elegir al
familiar que posea pileta.
3.- Ud puede estar solo, hacer meditación con los ojos y
asegurar que la felicidad se obtiene recitando mandalas a las 12.00, de todas
maneras algún amigo insistirá y su alma solitaria se vera comprometida a llevar
el clericó y encenderle los petardos a los pibes.
4.- Los balances son para los contadores, no se ponga a
pensar en qué no hizo y en ningún caso prometa cosas que nunca hará. Recuerde
que la bici fija y la cinta para correr son ineficaces como tendedero.
5.- Entre el placer y la profunda incomodidad, con la
constancia de un tres tiros festeje mientras el hígado lo soporte.
(*) Publicada en Pausa #128, miércoles 18 de diciembre de
2013
Disponible en estos kioscos
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