Revival rock en el rodaje de 65-75. ¡Hippies!
“Hombre, hermano, amigo: hoy mi voz es música que todos han de escuchar”. La estrofa final de la canción de Miguel Bertolino, compuesta en los 70, años de Virgem y de la ópera rock Indio, se repitió una y otra vez en la noche del viernes 21 de octubre... de 2011. Y no porque, como ocurre en la dinámica de cualquier rodaje, hiciera falta corregir la toma. No era eso: era la comunión humana a través de la música, como definió Rubén Tucci, bajista y cantante de Virgem y Them, las bandas –junto a los Bichos de Candy y Alma Pura– rescatadas en el documental Sesentaycinco/Setentaycinco. Comarca beat, que tuvo esa noche un punto culminante.
Como epílogo del rodaje, Alejandro David, Andrea Tealdi, Alejandro Pérez, Héctor Bruschini, Pablo Bertoldi, Sebastián Pachoud y Agustín Falco –los miembros de Marea Doc, quienes planean estrenar a mediados de 2012– filmaron con ocho cámaras y un despliegue artístico y técnico de inusual nivel el show en el que participaron los cuatro grupos fundacionales del rock santafesino, con sus “herederos” de Astro Bonzo, como grupo base, y cantantes invitados: la recreación de una época de múltiples y, aún hoy, frescos sonidos. Los sonidos del rock.
Miguel Bertolino fue el creador de Alma Pura y Virgem. Murió a los 24 años, en 1975. Ahí se cerró una etapa, la primera década del rock santafesino. “Multi instrumentista y cantante, empezó a destacarse en Alma Pura desplegando sus cualidades escénicas que rápidamente concitaron la atención del público santafesino. Se transforma además en un verdadero poeta del rock cuando el género empieza a sonar en castellano”. Así lo definieron los realizadores de Sesentaycinco/Setentaycinco a Miguel Bertolino. El protagonista ausente de la historia y, sin embargo, más presente que nunca.
Canciones de Miguel Bertolino, de Bichos de Candy, de Them; zapadas bluseras, psicodelia, aires beat; una potente versión de “Born to be wild”; Gustavo Angelini, el “Negro” González y Camilo Hormaeche –Carneviva, La Cruda y Pobre Vaca juntos–; la voz de Cintia Bertolino –sobrina del poeta y cantante homenajeado–, la percusión de Facundo Maggio, los riffs portentosos del “Tape” Madariaga y el soporte de los Astro Bonzo: Agustín Ferrero, Cristian Deicas, Francisco Rusillo y Javier Farelli. Con esa escenografía musical de fondo, Horacio Bidarra, Ricardo Lovotti, Hugo Zimmermann, Guillermo “Topo” Gervasoni, Rubén Tucci, Carlos Joannas, Juan Carlos “Perico” Fissore, Ricardo “Mono” Cáceres y Horacio Zanor volvieron al centro de la escena. El show fue en el Patio Catedral y pasó largamente las horas.
Testimonios
Rubén Tucci, cantante y bajista de los grupos Them y Virgem, se refirió a la canción elegida como cierre del show/rodaje: “Hombre, hermano, amigo”, a la que sumaron sus voces los 19 músicos que participaron de Sesentaycinco/Setentaycinco: “Es un momento de conjunción humana, de encuentro, como la idea que tenía Miguel: la unión de un ser humano con otro a través de la música. Ese estribillo (hombre, hermano amigo: hoy mi voz es música que todos han de escuchar) representa eso”.
Para Agustín Ferrero, voz de Astro Bonzo, hay “una relación directa, desde lo musical y desde la pasión” entre las bandas pioneras y las actuales. “Veo una cuestión de continuidad histórica que venía notando en los principios de Astro Bonzo, cuando escuché por primera vez un recital de Psicosis que me había traído el Ruso (bajista del grupo) y ahí ya se veía un germen. Uno encuentra en un recital de 1981 cosas que después escuchó con Carneviva y que venían ya de Virgem: cuestiones de composición, los lugares a los iban, el estilo de los cantantes. Hay algo que está latente, llamémosle mágico, y en la música es muy palpable”.
Cristian Deicas, guitarrista de Astro Bonzo y “orquestador” del show junto al tecladista Horacio Bidarra, confirmó que la esencia musical del rock local se percibe también fuera de la ciudad: “Cuando vamos a Paraná nos dicen que ven una continuidad en las bandas de Santa Fe pero más que nada en los cantantes, desde Miguel Bertolino hasta ahora, pasando por el Tavo (Angelini), por el Negro (Goznález). Por frontman y por la lírica; describen cosas de Santa Fe, cada uno con su vuelo. La mixtura es genial. La idea de mezclarnos los de ahora con los fundadores es genial”.
Camilo Hormaeche, cantante de Azul de Metileno y de Pobre Vaca, remarcó el espíritu de “celebración” que hubo tanto en la etapa de ensayos –desde dos meses antes del show del Patio Catedral– como en la noche del rodaje. Encuentros y reencuentros al por mayor: tres generaciones atravesadas por la misma pasión y diversas, riquísimas búsquedas musicales. El pináculo de esos dos meses fue el recital del viernes 21 de octubre; los que estuvieron allí se fueron con la certeza de que no olvidarán en muchos años, acaso nunca, esa experiencia: la comunión musical.
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